Con inmensa alegría, la Provincia Eudista Minuto de Dios se unió a la celebración del Jubileo Arquidiocesano de Ibagué, conmemorando 125 años de fundación como diócesis y 50 años de su elevación a arquidiócesis. Este tiempo de gracia ha sido una ocasión para celebrar, agradecer y renovar el compromiso evangelizador de toda la Iglesia particular en esta tierra marcada por la fe y el servicio.
Durante la jornada jubilar, que contó con la presencia del Nuncio Apostólico en Colombia, Monseñor Paolo Rudelli, se vivieron momentos significativos como el encuentro con el presbiterio arquidiocesano y la Misa del Jubileo de los Sacerdotes, celebrada en comunión con obispos, religiosos, seminaristas y fieles. La Misa Jubilar de toda la arquidiócesis, celebrada en la Catedral, fue el momento culminante de esta gran fiesta de la Iglesia tolimense.
Los Eudistas del Minuto de Dios participaron activamente en estos espacios, manifestando con gozo su comunión con la Iglesia de Ibagué y su gratitud por la historia compartida. Como signo visible de esa presencia, en el libro conmemorativo “Semblanzas: 118 Obispos y Presbíteros de Ibagué”, publicado en mayo de 2025 por la Fundación FEBIANA, se incluye la figura de un eudista destacado:
- Monseñor Juan Francisco Sarasti Jaramillo, CJM: nacido en Cali el 30 de julio de 1938, se incorporó a la Congregación de Jesús y María (Eudistas) en 1959 y fue ordenado sacerdote el 30 de marzo de 1963. Fue obispo auxiliar de Cali, obispo de Barrancabermeja y arzobispo de Ibagué entre 1993 y 2002, antes de ser arzobispo de Cali hasta su retiro en 2011. Falleció el 25 de febrero de 2021 en la ciudad de Cali. Su legado como pastor cercano, teólogo y servidor del Evangelio sigue vivo en la memoria de esta Iglesia particular.
Este jubileo ha sido para los Eudistas un momento de renovación espiritual y eclesial, de comunión con los pastores y el pueblo de Dios, y de proyección esperanzada hacia el futuro. Como familia eudista, nos unimos en acción de gracias por esta historia compartida y renovamos nuestro deseo de seguir formando a Jesús en los corazones y sirviendo a la Iglesia allí donde la Providencia nos llama.
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