Por: Rafael Beltrán, candidato Eudista
Con gozo y esperanza, la Provincia Eudista Minuto de Dios celebró, el pasado lunes 24 de marzo, la incorporación de dos nuevos miembros y el inicio del tiempo de probación para tres aspirantes a la vida eudista. La celebración tuvo lugar en la Parroquia San Juan Eudes, en el marco de las primeras vísperas de la Solemnidad de la Anunciación del Señor y de la conmemoración de los 45 años del martirio de San Óscar Arnulfo Romero.
José Alejandro Melo Perdomo y Luis Isidro Lemus Limas fueron incorporados oficialmente a la Congregación de Jesús y María. Esta incorporación representa, como lo establecen las Constituciones eudistas, un compromiso definitivo de vivir y morir en la Congregación, para formar el Corazón de Jesús en el mundo y servir a la Iglesia desde el carisma de san Juan Eudes.
Luis Isidro Lemus Limas es oriundo del municipio de Pesca, Boyacá. Ingresó a la Congregación de Jesús y María el 27 de enero de 2019 y actualmente se encuentra en misión en la comunidad local Germán Villa Gaviria en Cartagena.
José Alejandro Melo Perdomo nació en Girardot, Cundinamarca. Ingresó a la Congregación el 29 de julio de 2015 y actualmente presta su servicio en la comunidad local Nuestra Señora de la Esperanza en Popayán.
Durante la misma celebración, Gabriel Alberto Vargas Gamboa, Narbys Antonio Sangronís y William Vargas Buenaventura comenzaron su tiempo de probación: una etapa fundamental de discernimiento y formación, en la que se aprende a vivir en comunidad y a asumir el carisma eudista con autenticidad y entrega.
Gabriel Vargas, de 30 años, y William Vargas, de 27, son originarios de la Arquidiócesis de Bogotá. Narbys Sangronís, de 36 años, proviene de la Arquidiócesis de Barquisimeto, Venezuela. Los tres inician con alegría este tiempo formativo, confiando en la guía de Dios y en el acompañamiento de la comunidad eudista.
El Padre Germán Gándara Ricardo, CJM, superior provincial, presidió la Eucaristía y en su homilía recordó que este camino no es solo una opción personal, sino una respuesta generosa a la llamada de Dios: “La vocación eudista es un don de Dios y una misión que supera cualquier expectativa humana. No se trata de trabajar para Dios, sino de vivir en Dios”.
El provincial subrayó también que la incorporación no es un acto aislado, sino la entrada a una historia de santidad y servicio. Invitó a los nuevos incorporados a ser testigos audaces del Evangelio: “La Iglesia necesita testigos, y la Congregación necesita hombres que, como san Juan Eudes, no teman dar la vida por amor a Cristo”. A los nuevos aspirantes les animó a vivir su probación con recta intención, recordando que “la comunidad es signo de salvación” y que este proceso exige morir a uno mismo para nacer en Cristo.
La homilía culminó con un llamado a la radicalidad del Evangelio, recordando el testimonio de San Óscar Romero y de San Juan Eudes como modelos de una vida completamente donada a Dios: “El camino del martirio no es solo el de la sangre, es también el de la entrega cotidiana, el de la fidelidad en lo pequeño”.
La celebración fue un signo de renovación para la vida de la Congregación y una manifestación clara de que el carisma eudista sigue vivo y fecundo en la historia de la Iglesia.
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