El 23 de junio del año 1996, se ordenaba el Padre José Martínez como Sacerdote Eudista, quien ahora cumple su primer cuarto de siglo ejerciendo su labor en el servicio a Jesus y María y la comunidad.
El Padre José Martínez resume su vocación sacerdotal en dos palabras: “Servicio y Alegría”, que ha sido su lema desde el principio, ya que el servicio implica todo lo que conlleva a estar dispuesto para los demás desde su fe como sacerdote y como persona y la alegría que siempre se imparte hacia uno mismo y los demás.
“Empecé estando en Cuba, en el Seminario Mayor San Carlos y San Ambrosio y ahí comienza toda esta aventura de viajes, de desprenderme de mi familia, amigos, de la comunidad. Luego de Cuba fui enviado al Perú y, posteriormente, a Ecuador, todo eso implicaba entregarme a nuevas formas de vida, saber que no estaba en mi país, manteniendo la alegría y el gozo para todo.”
El Padre José Martínez viene de una familia humilde, campesinos entregados, su primer contacto con el servicio fue cuando, a los 15 años, tuvo un encuentro espiritual con Jesús en un Grupo de Oración, donde la labor que llevaba el sacerdote que los acompañaba en este ejercicio le marcó mucho para empezar esta grandiosa labor en el servicio.
“A partir de ahí comenzó el deseo de ayudar a la gente y se me metió en el corazón el deseo de ser Cura, donde me cuestionaba si quería ser abogado, hasta que por fin, en una experiencia en La Ceja, Antioquia, y a partir de lo que se celebraba, tomé la decisión de ser sacerdote, manifestándole esta idea a mi madre, y es lo que soy hoy.”
La experiencia que más le ha marcado al Padre José Martínez, durante sus 25 años como sacerdote, ha sido para él, sin lugar a dudas celebrar la Eucaristía, lo que para él es fundamental porque, como lo cuenta el Eudista, «alrededor de ella me ha permitido aconsejar a las personas que no tienen esperanza, es lo fundamental y es lo principal. Vivir la Eucaristía resume lo que soy y lo que pretendo ser», señaló.
Antes de finalizar la entrevista, el consejo que da el Padre José a los seminaristas de la comunidad Eudista, es que «Jesús les hizo el llamado» porque Él cree en ustedes; que tengan la osadía y la capacidad de que están ahí, presentes, que crean en ellos, que permitan poder construir y dejarse sanar en torno a Jesús: el tiempo de Dios es perfecto.
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