La música y el canto son un don dado por Dios. Un don que nos permite tener la experiencia de acercarnos a Él. Alzar la voz en alabanza al Padre Divino, es una muestra del amor y la fe en nuestro ser interior como respuesta a la revelación divina. Por más terribles que sean las circunstancias, Dios sigue siendo sabio, bueno y misericordioso.
Hoy más que nunca estamos experimentando en carne propia la situación historia que atraviesa el mundo. El escenario actual ocasionado por la pandemia del COVID-19, ha obligado a los sacerdotes eudistas a «ser sal de la tierra y luz del mundo», y es a partir de este entendimiento que surge la necesidad de pensar y diseñar nuevas estrategias que permitan de manera adaptiva, seguir compartiendo la palabra de Dios como acto de amor y esperanza.
“Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares; aunque bramen y se agiten sus aguas, aunque tiemblen los montes con creciente enojo” (Salmo 46:1-3)
P. Henry Sierra
Desde tempranas horas, con una guitarra en la mano y con su voz, los sacerdotes hacen acompañamiento espiritual, cautivando a las personas con sus alabanzas que van dirigidas a nuestro creador, como forma de encontrar la fortaleza y no perder la esperanza.
En horas de la mañana, el coordinador Nacional de Pastoral de los Colegios Minuto de Dios, el P. Henry Sierra, a su canal de YouTube sube diariamente la “oración del día”, para seguir manteniendo la fe y la esperanza encendida.
P.Germàn Prieto y P.Neguib Kalil Eslaquit
Igualmente, el P. Germán Prieto y el P. Neguib Kalil Eslaquit, en un escenario rodeado por la naturaleza, le cantan a Dios, a la vida y a los enfermos. Los comentarios de sus feligreses desbordan, algunos dejando sus peticiones a Dios, mientras que, a otros, estas hermosas melodías los tranquilizan y le dan gracias a Dios por escucharlas.
P.Carlos Eduardo Esalas Panesso.
Del mismo modo, el P. Carlos Eduardo Esalas Panesso, desde las instalaciones de su hogar, hace parte de la Evangelización a través de la música, ayudando en la tarea de anunciar el Evangelio a toda la creación, para acercarnos más a la presencia de Dios.
Estos misioneros de la misericordia, con su compromiso y presencia en este escenario de oportunidades, han generado un impacto resonado con la música y los cantos, haciendo que las melodías sean un instrumento de unidad para llevar el Evangelio a los hogares de modo que todos a una sola voz, vivamos nuestra fe.